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José María Rebés

La Hispano-Suiza, una breve reseña histórica

 Fecha y hora de inicio
 
24/02/2013 19:48:28
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En 1971 la empresa CASA absorbía a Hispano Aviación, poniendo punto y final a la historia de una legendaria empresa española que puso en el aire muchos modelos de avión y muchos motores; desaparecía como entidad propia la "Hispano Aviación". En 1972 se disolvió formalmente la sociedad.



El origen de Hispano Aviación está en la otra gran empresa de principios de siglo, la Hispano-Suiza, una empresa fabricante de automóviles, básicamente de lujo y de competición, pero también de motores, de camiones y de material bélico, incluidas las armas. Esta empresa fue fundada en 1904 por Damián Mateu, industrial barcelonés, y el ingeniero suizo Marc Birkigt, auténtica alma mater técnica de la empresa. El nombre de Hispano-Suiza no es casual, como se puede ver.

La Hispano-Suiza era una empresa dedicada a la automoción y a la fabricación de motores, pero sin una clara vocación aeronáutica. Su entrada en ella se remonta a una sugerencia de la Casa Real en el sentido de que la Hispano-Suiza podría destinar recursos al mundo de la aviación. El Rey Alfonso XIII era un amante de los automóviles de la Hispano-Suiza, usuario personal de algunos de ellos, y sin duda quería que España tuviera también una gran empresa de aviación a nivel europeo. Contaba Luis de Acedo, que más adelante sería accionista de la CECA, empresa pionera en la fabricación de aviones en España, que cuando él le indicó al Rey Alfonso XIII que para tener aviación española se habían de fabricar motores españoles, el monarca le respondió: "¡Cierto, le tengo que decir a la Hispano que los haga!". Al poco, Don Alfonso de Orleans y Borbón, Infante primo del Rey, y consumado aviador, visitaba la Hispano-Suiza en Barcelona, y aprovechó para llevar el mensaje real a la empresa: "Dice mi primo, el Rey, que por qué no hacen ustedes un motor de aviación...". En la Memoria de la empresa se recoge la recomendación del Infante, dando visos de realidad a la anécdota: "alentados en esta ocasión como en tantas otras por las patrióticas y siempre benévolas indicaciones que la más alta representación del Estado se ha dignado hacer llegar hasta nosotros, nos hemos decidido a fabricar un motor de aviación".

Mención aparte hay que hacer del Infante de Orleans y V Duque de Galliera, Don Alfonso María Francisco Antonio Diego de Orleans y Borbón (1886-1975), en cuyo honor la Fundación de Madrid lleva su nombre. No sólo fue un estupendo aviador sino que fue uno de los más activos, contribuyendo enormemente al desarrollo de la aviación en España y volando a lo largo de 65 años de su vida, de 1910 a 1975.

Pues bien, la voluntad de S.M. el Rey era algo que se había de escuchar en aquellos tiempos, así es que la Hispano-Suiza comenzó a trabajar en la posible duplicación de un motor francés, como primer paso en el mundo de la aviación, con el inconveniente de que son motores bajo patente, algo en lo que la Hispano-Suiza cree que podrá contar con la Corona para solventar cualquier inconveniente. En realidad lo único que pretendía el monarca era que la Hispano-Suiza fabricase motores de la Mercedes en España, pero la cosa se complicó con la Gran Guerra.

La Hispano abrió en 1914 fábrica en Francia, en Bois-Colombes, en la que fabricó los motores franceses Gnôme et Rhône. Estamos a finales de 1914, lo que significa que la Gran Guerra ya se ha iniciado (lo de llamarle Primera Guerra Mundial fue algo posterior, durante mucho tiempo se le llamó lo que en realidad fue: "la Gran Guerra"), lo que pone a la Hispano-Suiza y a Elizalde, otro fabricante de motores, en un punto estratégico al ser ambas empresas de fabricación de motores las que podían suplir la carencia de motores Mercedes en varios de los países contendientes y también en España.

La Hispano-Suiza recibe en su fábrica de Barcelona una serie de motores existentes entonces, no españoles, a partir de los cuales desarrollará sus propios motores. Se trata de un envío ordenado por el Coronel Vives, jefe de la Aeronáutica Española, que incluye los motores Gnôme rotativo de 50/80 CV, Rhône rotativo de 80 CV, Renault V-8 de 70 CV, Austro Daimler de 90 CV y Merceder D-I de 100 CV. Al frente del diseño está el ingeniero suizo Marc Birkigt.

El primer desarrollo revolucionó el mundo de la aviación, con un motor de 140 CV, el HS140CV (se conserva uno en el Museo del Aire de Cuatro Vientos, Madrid). Este motor contribuyó al dominio del aire de Francia duante la Gran Guerra. Se llegó a fabricar bajo licencia en varios países: Francia, Reino Unido, Italia, Japón y Estados Unidos de América. La concepción y puesta a punto de este motor (hasta la primera prueba) le llevó a Marc Birkigt nada más que cinco meses, un tiempo record que habla mucho de la capacidad y genialidad de aquél ingeniero suizo.

Este Hispano-Suiza V8 fue el motor más importante de la Gran Guerra. Era de 11,8 litros, con refrigeración líquida, bloque de una sola pieza en aleación ligera, árbol de levas en cabeza, lubricación forzada y con duplicación de los componentes más comprometidos, dando de 140 a 160 CV de 1000 a 1600 RPM, una relación de peso/potencia revolucionaria de 1 Kg/CV. La lista de aviones equipados con ese motor es realmente impresionante, más de una docena europeos, una decena norteamericanos y un par de japoneses.

El final de la Gran Guerra no supuso el declive de la construcción aeronáutica de la Hispano-Suiza gracias a las licencias de fabricación de sus productos, que abarcaron a 25 empresas y a 9 países en total.

En Julio de 1917 se constituye la "Hispano SA, Fábrica de Automóviles y Material de Guerra", con sede en Guadalajara (España). La implantación de esta fábrica responde a una petición expresa de S.M. el Rey Alfonso XIII, por escrito, al industrial Damián Mateu, en la que le solicita expresamente que la Hispano-Suiza abra fábrica cerca de Madrid. Los dirigentes de la Hispano-Suiza decidieron no obstante crear una entidad separada. A esa fábrica se trasladaron trabajadores y maquinaria de la empresa santanderina CECA SA (Compañía Española de Construcción de Aeroplanos, SA), abordándose en 1918 la construcción de un prototipo de avión. Al fracaso de esta iniciativa siguió el de la constitución por un par de empresas, las "Hispano de Guadalajara" y la "The Aircraft Manufacturing Company (AIRCO)", de la "Hispano Aircraft" en 1919, empresa que desapareció en 1925, pasando todos sus activos a la "Hispano SA, Fábrica de Automóviles y Material de Guerra". En 1931 la FIAT Hispania se hizo con el control de la Hispano SA, pero la Hispano-Suiza mantuvo bajo contrato de alquiler los talleres de aviación, continuándose con los proyectos de la Hispano-Suiza.

La fábrica de Guadalajara se trasladó a Alicante en Septiembre de 1936, bajo el mando de los republicanos, instalándose en La Rabasa, un altiplano en el que se construyeron unas naves a tal efecto. El traslado incluyó también a los trabajadores. Allí se reparaban todo tipo de aviones utilizados durante la Guerra Civil, incluyendo los de fabricación rusa. Al finalizar la guerra estas instalaciones fueron cerradas.

En Sevilla al inicio de Guerra Civil española el comité de trabajadores se hizo cargo de la gestión de la empresa, decidiendo la apertura de una fábrica para la construcción de aviones. Esta decisión pone al poco en manos de los sublevados la fábrica, al rendirse Sevilla al bando levantado en armas. Las fábricas de la Hispano-Suiza estaban hasta entonces en la zona "republicana", en Guadalajara (aviones y camiones) y en Barcelona (motores). La fábrica de Sevilla, que inicialmente era una sucursal de ventas y punto de asistencia técnica de automóviles, se mostró como el punto más seguro para el desarrollo de la industria aeronáutica del bando sublevado, puesto que estaba en una zona en la que el conflicto había ya terminado. Se instala la factoría en Triana, relativamente cerca de la Base Aérea de Tablada. Esa factoría contaba con un gran armadura metálica central que creaba un hangar fabuloso, ideal para el montaje. Ese espacio recibió el nombre popular del "paraguas". En Marzo de 1938 la fábrica está ya en pleno funcionamiento, incluyendo la revisión de numerosos aparatos de la FIAT y de sus motores, así como la fabricación de repuestos.

Hispano Aviación SA apareció como empresa después, en 1939, justo al final de la guerra civil española, y poco tiempo antes de la marcha de los fundadores de la Hispano-Suiza. Marc Birkigt se retiró a Suiza en 1945 y Damián Mateu se dedicó a la carrera diplomática, marchando como embajador a París en esas mismas fechas. La empresa adquirió entonces un cariz de empresa pública, siendo traspasada a la entidad pública ENASA, dentro de la cual la fabricación de motores de automoción y camiones daría paso a la también pública Pegaso. Se inició paralelamente una colaboración con la otra gran empresa española de aviación, CASA, empresa gaditana que también tenía una sede en Sevilla desde 1938, contiguo a la Base Aérea de Tablada.

No quiero acabar este tema sin añadir enlaces a algunos de los productos de la Hispano-Suiza, anteriores a la aparición de la Hispano Aviación.





Saludos a todos,

José María
PD: Por supuesto pido disculpas por los posibles errores en mi texto. He utilizado muchas fuentes y resumido mucho, espero haberlo hecho sin errores importantes.
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Modificado el 25/02/2013 8:37:20
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